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14,25 €Resulta sorprendente que la moxa, la antigua terapia china basada en la aplicación de calor en los puntos de acupuntura, sea relativamente poco conocida en Occidente, sobre todo teniendo en cuenta lo extendido que está el uso del calor con fines terapéuticos: baste pensar en las bolsas de agua caliente, las cataplasmas, la aplicación de paños calientes sobre el cuerpo o, en un ámbito más científico, el empleo de rayos infrarrojos en la medicina actual, por ejemplo en el tratamiento del reumatismo.
El método más práctico y extendido de aplicar moxa en Oriente es con una vara de artemisa. Cuando está incandescente, la artemisa irradia un calor de 500 a 600 ºC y un espectro infrarrojo, que ha demostrado ser muy eficaz en terapia. Cuando se mantiene a una distancia segura de la piel, para no quemarla, la vara de artemisa no produce molestias ni deja rastro.
La moxa es muy popular en China, Japón y en toda Asia, donde es el propio acupuntor quien indica a su paciente, en función del cuadro sintomático que presenta, determinados puntos precisos de acupuntura, que luego tiene que tratar él mismo con moxa, para complementar el tratamiento con agujas.
En la actualidad, este tipo de recetas están tan arraigadas en las costumbres de los habitantes de los países de Extremo Oriente que es frecuente ver a personas que se tratan calentando puntos específicos de acupuntura con un bastoncillo de artemisa o incluso, cuando no disponen de él, simplemente con un cigarrillo
Autor
Yves Requena Doctor en medicina y acupuntor, profesor de la Facultad de Medicina de Marsella y autor de numerosos libros sobre Medicina Tradicional China. Colabora en la Revista de Medicinas Complementarias donde asesora la sección fija de Qi Gong.